La Palabra de Dios dice en 1 Tesalonicenses 5:18: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. En cada momento de nuestra vida, en los altos y bajos, buenos y malos, de abundancia y carestía, de salud o enfermedad, debemos encontrar razones para agradecer a Dios. En nuestra experiencia pentecostal, es así como cumplimos lo que dice este texto. Hay que valorar y cuidar profundamente la relación personal con Dios y la obra del Espíritu Santo en nosotros. En este hermoso día, recordamos la importancia de dar gracias a nuestro Dios todopoderoso por todas Sus bendiciones y misericordias que derrama sobre nosotros. Como fieles discípulos de Cristo, encontramos nuestra fuente de gratitud en el poder y la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.

En medio de nuestras celebraciones y reuniones familiares, recordemos que nuestro agradecimiento va más allá de las bendiciones materiales. Demos gracias por la salvación que hemos recibido a través de la obra de Jesucristo y por el Espíritu Santo que nos capacita y guía en nuestro caminar diario.

El Salmo 107:1 nos exhorta a que alabemos a Dios por Su bondad y amor eterno que nunca falla: “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”.

Que el Espíritu Santo nos llene de gratitud y nos inspire a compartir nuestras bendiciones con los demás. Que este día esté lleno de alegría, paz y amor en la presencia del Señor.

¡Demos gracias a Dios, en todo, hoy y siempre!